Por favor, dejemos de hacer ruido para que podamos escuchar a los cerebros que están trabajando. Hay personas que no se dejaron llevar por la euforia cuando todo parecía ir bien, pero que tampoco se esconden ahora que nos inunda el ruido del apocalipsis y el caos. Sencillamente, antes y ahora, han seguido observando, asombrándose al más puro estilo de los grandes filósofos y, cuando las ideas y la reflexión han reposado lo suficiente, vuelven a dar un paso al frente generando riqueza, empleo y esperanzas.

Grupo Digalco es una empresa joven, que se creó porque sus socios no podían encontrar trabajo y, hace 11 años, fue capaz de hacerse un hueco entre los grandes en el mundo del hardware. Pero descubrieron que sus clientes no necesitaban equipos sino soluciones y fueron capaces de definir su visión y su misión en un proyecto de sólidas bases que en pocos años estaba siendo estudiado como «empresa gacela».

Así, estudiaron y definieron «los mercados» convirtiendo en oportunidades los problemas de su sector, como la disminución de márgenes y la agresiva competencia o la nueva legislación sobre residuos. Su primer B2B fue el estímulo para investigar la potencia de los nuevos canales y en 2006, se lanzaron con el «almacén virtual«, que generó un nuevo entorno de comunicación y negocio para un sector en decadencia. Como siempre, de la teoría a la práctica, los nuevos problemas parecían comerse las perspectivas, pero los cerebros de verdad no se paran en pequeñeces. El trabajo y el talento para superar las dificultades de su lanzamiento han derivado en la actualidad, no ya sólo en su éxito, sino en la puesta en marcha de tres nuevas iniciativas «simples y potentes», como suelen serlo las buenas ideas, una de las cuales ya está empezando a tener repercusión en prensa.

Pero claro, también tenían una fórmula mágica que, aunque es secreta, yo he sido capaz de descubrir

trabajo + talento + trabajo + trabajo + trabajo + talento + trabajo + trabajo + trabajo+ talento + trabajo + trabajo + trabajo…

Empezaron como casi todas las empresas, con lo puesto. A falta de recursos para abordar el mercado con publicidad, agarraron las páginas amarillas y empezaron a llamar por teléfono, convirtiéndose en auténticos expertos en «desarrollo comercial». Su departamento de «telemarketing» se convirtió, primero en una herramienta imprescindible para la empresa, después en una rentable línea de negocio con nuevos clientes para transformarse, en la actualidad, en una empresa independiente, instalada en Cedeira, que basa su éxito y su proyección de futuro en una personal apuesta por el talento local, los nuevos métodos de trabajo que permiten las nuevas tecnologías y una clara y perfectamente definida «visión». Y claro, el toque de magia: trabajo+ talento + trabajo + trabajo + trabajo…

Y que conste que no tengo acciones en Digalco (si algún día cotizan en bolsa no lo dudaré) pero si alguien necesita ponerse manos a la obra con el mercado, recomiendo establecer contacto con Agustín. Sólo escuchar su buzón de voz en el móvil ya mejora las perspectivas. En tiempos oscuros, sólo se puede mirar hacia la luz y seguir avanzando.

Por lo de pronto, los percebes, ya han conquistado su espacio en prensa

Percebes como puños nun só click: Desde Cedeira a casa

El percebe ya se reparte a domicilio

POR SUERTE, hay muchos cerebros así funcionando al margen de la realidad. Como estos que conocí a través de la Revista «if...» nº 58

Xabier Claramunt. Arquitecto sin límites y sin complejos

«El cerebro funciona por contrastes y con la homogeneidad pierde la capacidad de percepción…»

«Estamos acostumbrados a trabajar en tres escalas. De la arquitectura tomamos el conocimiento espacial; de la joyería, el de materiales, y del diseño industrial, las técnicas de producción. Esto nos permite traspasar conceptos de un sector a otro e innovar. Si trasladas los conceptos arquitectónicos a la joyería, por ejemplo, logras resultados rompedores»

Albert Figueras. Médico y escritor.

«Todo está en nuestro cerebro, incluida la felicidad. La buena noticia es que no hay que comprarla»

«El cerebro recibe toda la información y la simplifica, realiza abstracciones para poder manejar todos esos datos y el resultado es una determinada percepción de la realidad. Conociendo como funciona el cerebro se puede influir en su percepción»

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