«Yo te pido que creas. No en mi capacidad para hacer el verdadero cambio… sino en la tuya»

Obama sumó a los ciudadanos en la causa de transformar la política estadounidense traspasándole responsabilidad a los electores, sumándolos a la acción. Y la invitación tuvo éxito.

A eso le llamo yo atacar al centro de gravedad. La promesa es que si crees en ti y crees en el cambio, si lo defines y actúas, yopuedo trabajar para dirigir ese cambio. Puede que sean solo palabras, pero han sido capaces de despertar a un occidente abotargado y necio de su parálisis depresiva y su ritmo infartado.

El impacto ha sido tan grande que las apuestas parecen fluctuar entre el deseo de éxito que implicaría un beneficio global (no toda globalización iba a ser mala) y las explicaciones anticipadas al pinchazo de una bubuja que tememos creer. Pero yo estoy de acuerdo en que lo más complejo será «mantener un modo de relacionarse que despierte emociones y buena disposición en la gente«.

En Galicia el 1 de marzo volvemos a «elegir», y en el País Vasco, y poco después en Europa, y luego… Es el momento de la creatividad, del eslogan, de la foto, de la mejor puesta en escena en la que los actores padecen de una preocupación restringida a los próximos cuatro años. Por el momento el fenómeno Obama ya tiene algún efecto porque la pre-campaña electorar se hace notar en Internet. Es buen momento para hacerte amigo de los líderes polícios en Facebook, para ver de cerca sus despachos o incluso saber que tipo de cafetera acompañará sus desvelos.

Espero que también algo se contagie a los discursos o, si no se ven capaces de abandonar la ya tadicional argumentación del insulto, al menos eleven la categoría. Yo recomendaía, por ejemplo, El gran libro de los insultos.

Publicación original: enPalabras

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