Pasteles… y pastelitos

Alguien se va de acampada y flipa durante tres minutos con lo nunca visto (¿?). Lo graba y comparte su re-creación en una «red social«.

Alguien se lo encuentra… y le viene la inspiración. Se coge el ¿original? y lo devuelve a la misma red… inspiración incluida.

De momento, que yo sepa, la historia no tiene más capítulos, pero podría ser… Tal vez quien flipó y grabó el vídeo original le reclame a quien lo «vistió» los derechos por usar sus imágenes, ya que sin ellas, el resto no tendría sentido. Este se defendería diciendo que las imágenes provenían de la naturaleza, que no eran de su propiedad. Es más, que debería pagarle por difundir un vídeo que, sin sus aportaciones, nada tendría de peculiar, puesto que no es un espectáculo tan raro.

¿Que como terminaría? Pues depende! Podría entrar en juego la propiedad de los terrenos, la legislación del país, la del canal de distribución… ¡quién sabe!

Claro que todo esto no es más que una tonta divagación anecdótica sobre uno de los miles de vídeos caseros que pululan por la red. Y de creatividad improvisada, aunque no estuviera incentivada por los malentendidos derechos de propiedad intelectual. Como dice quien sabe mucho de esto, son caminos confusos para el fomento del dominio público. Pero esto es fantasía, un chiste de tarde de verano.

Aquí el «flipe original»

Y aquí el «inspirado»

Publicación original: enPalabras

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