¿Pensamos o divagamos?

La Fundación Instituto de Estudios Políticos y Sociales, a la que pertenezco, suele organizar jornadas de análisis y debate tras cada proceso electoral que nos afectan directamente: municipales, autonómicas gallegas, generales y europeas.

Teniendo en cuenta la necesidad de visión global que tanto se necesita, plantear un análisis de los resultados en Catalunya me pareció un acierto por muchos motivos.

Por un lado, independientemente de diferencias y necesidades específicas, que también, el alto grado de incertidumbre y su falta de fronteras nos obliga, más que nunca a desaprender y colaborar. Y por otro, la relevancia de nuestros vecinos del otro extremo norte en el panorama político y económico del Estado, merece una atención especial.

¿El resultado de la iniciativa? Diría que agridulce. La parte dulce por el hecho en sí mismo de su organización y por algunas reflexiones escuchadas, especialmente en la intervención del director de Xornal, José Luis Gómez. La parte agria por la escasa afluencia de público (cabía poco lucimiento local) y algunas intentonas de visiones argumentativas y parciales que intentaban extrapolar tendencias hacia las próximas generales.

Obviando los intentos de simplificar/derivar hacia el análisis de brillos y/o descalabros partidistas y partidarios, lo aprovechable se quedó en estos ejes:

Calalunya é unha comunidade distinta do resto do Estado cunha ampla tradición de pluralismo democrático

Esta pluralidade tradúcese tamén na oferta política xa que teñen duplicadas as opcións do nacionalismos e da esquerdas

Si algo destaca en Artur Mas é o protagonismo da perseverancia e a madurez política tras dous procesos non gañados

A actitude do novo presidente electo de asumir a situación rexeitanto o discurso de culpas alleas tan habitual e do que temos claro exemplo en Galicia: «Tenemos que hacernos cargo de la situación económica»

A «centralidade política de Catalunya»: Amplo respaldo aos valores comúns compartidos (lingüa, concepto de nación e valores culturais con defensa de mínimos

Pero… ¿Y las conclusiones?

Nunca las hay, y me explico. Analizar desde Galicia los resultados de las elecciones catalanas debería tener como objetivo al menos la intención de aprender algo, pero para eso hay que entrar en alguna cuestión de fondo. Preguntarnos, por ejemplo, en qué deberíamos cambiar para acercarnos a ese pluralismo democrático, a esa centralidad de valores y a ese espíritu constructivo y capacidad competitiva.

Y ya que los ponentes representaban a distintas (in)sensibilidades políticas, ¿por qué no el buen deseo conjunto de buscar ese mínimo democrático compartido? Allí propuestas como la de Rosa Díez no levantan ni ruido, desaparecen. Ya veremos aquí.

Es decir, nos juntamos para hablar de algo interesante y no llegamos a nada. ¿Cómo esperar entonces que seamos capaces de juntarnos para hablar de nada con la intención de que empiecen a surgir propuestas de interés?

Publicación original: enPalabras

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