Higiene mental y economía

No encuentro mejor forma de expresarlo: tenemos una realidad de mierda. No hay nada positivo en detenerme en ella, lo cual no significa que desconecte, sino que decido concentrarme en lo que puedo hacer.

Y tampoco es prepotencia ni se trata de escurrir el bulto, sino de saber lo que puedo / debo decir y aportar. Y hacerlo.

Lo habitual es que me atasque si no tengo visión global, pero este es un momento extraño en el que se necesita aislar el detalle para construir. La tentación de comentar noticias es grande, pero encuentro que, a parte de hilvanar un texto más o menos coherente y vistoso, poco puedo añadir con mis palabras, y mucho menos cambiar.

Llegado a este tonto punto de razonamiento, me quedo con las miradas que transforman. Sobran discursos espejo por bella que sea la realidad que quieren reflejar.

El empacho de actualidad no me incita al pesimismo sino a la denuncia y necesito ese tiempo para aportar en mi pequeño ecosistema y mejorar el trabajo en red con otras realidades que están demostrando lo posible.

Aprendemos haciendo, ¿no era eso?. Siempre me gustó coger el barro con mis manos. En ello andamos mientras aprendemos a compartir el proceso.

Publicación original: enPalabras

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