Pensaba que era cosa suya, que esta indecisión de palabras que se negaban a ser formuladas en alto tenía que ver con la falta de perspectiva.

Luego, en medio de la lectura que le ocupaba, se encontró con una idea interesante y pensó que lo que le faltaba eran ideas

«Cuando piensas que lo único que te falta son palabras, lo que realmente te falta son ideas. Las ideas surgen bajo la forma de marcos. Cuando los marcos están ahí, las ideas surgen inmediatamente».

Pero las conversaciones del día fueron configurando un extraño paisaje en el que algunos discursos parecían sonar repetitivos y ficticios empezando a mostrar otros aspectos. Tal vez la falta de descanso, mejor dormir.

La noche despejó de sueños el camino, que ahora se mostraba vacío y silencioso, y las certezas acudieron en tropel obligándole a hacer un alto. El bullicio había desaparecido y la magia de los bustos parlantes se desgajaba en retorcidas grietas de ecos internos.

Publicación original: enPalabras

«Caminar y no pensar», se dijo. En el fondo tenía que ocurrir. Pero no era una digestión fácil y no dejaba de preguntarse cuando se había empezado a confundir la opinión correcta con la opinión mayoritaria.

Sonrió al silencio amigo recordando cuanto le gustaba dibujar caminos con luz propia y se puso en marcha. La Vida no espera tras los cristales.

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