Papeis da Academia es el nombre del anuario de la Academia Galega do Audiovisual, cuya edición de 2012 acaba de salir del horno. Mi integración en la Academia es muy reciente así que confieso que cuando nos invitaron a participar con un artículo de opinión en principio lo descarte.

Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos en un momento en que lo estipulado no sirve, que está todo por hacer, y que ya estamos metidos en el barro moldeando la última fase de nuestra propia producción, pensé ¿y por qué no?

La propuesta temática se refería a nuevos medios pero nos dieron libertad, y esta fue mi reflexión. El original está en gallego, y no admitía enlaces, así que ponerlo aquí me da la oportunidad de ampliar el registro idiomático y de referenciarlo como es debido.

Hablemos de dinero

Porque de eso se trata, ¿no? Cuando en 2010 invitamos a Gonzalo Martín a que nos expusiera su visión sobre la situación del sector audiovisual, tras la expectación inicial generada por las conferencias impartidas en Vigo y Coruña comprobamos que, a la hora de la verdad, pesa más el ansia de justificación que el esfuerzo por comprender y avanzar.

Tras escucharlo, la conclusión entonces fue que el audiovisual es un sector precario que sufre muchísimo, pero a estas alturas bajuras de la crisis poca, o ninguna, audiencia puede tener ya esa queja. ¡Ah, que no es eso! Que hablamos de arte, de cultura, de piratería, de subvenciones, de sectores estratégicos…

Es cierto, las cosas ya no son lo que eran, o eso creo. Apenas empiezo a entender las claves del sector, resulta que ya nada sirve. Pero, en realidad, poco nuevo bajo el sol. Tras un nuevo producto, una intención antigua; tras una solución, un viejo paradigma que construyó barreras al modo más arcaico: la resistencia al cambio.

Porque como dice Gonzalo, tenemos dos partes en este debate:

  • Si con los “modelos de negocio” actuales se puede obtener beneficio de la producción.
  • Si con un nuevo modelo se tendrían.

Y también tiene razón cuando subraya que los modelos de negocio son siempre los mismos y su objetivo no es otro que financiar la copia cero: o te alquilo una butaca o un trozo de plástico o un visionado, o te pongo un anuncio de cualquier forma, o encuentro un mecenas. La cuestión es determinar si el ciclo sala/alquileres/cable/televisión en abierto es la forma de hacer negocios audiovisual o si consiste en, por ejemplo, estrenarla en Facebook con patrocinadores y una campaña de promoción detrás tan salvaje como pueda ser, al igual que puede serlo para salas.

Podemos enredarnos en discusiones sobre legitimidades o apuntar al problema de fondo para llegar a un verdadero cambio de paradigma y eso pasa por el debate honesto y la revisión de leyes de hace tres siglos que ya no sirven.

Escasez y censura filtros son conceptos que ya no tienen cabida en la nueva realidad. Y de ahí la inquietante batalla social que no tiene otra traducción que la lucha por el control. La abundancia de bits ha traído la personalización del consumo porque esto es, en el fondo, lo que vende la tecnología, que nos personalicemos. Pero la capacidad de estirar el modelo de negocio vuelve a redistribuir el control en perjuicio de quien produce los contenidos. Es decir, nuevas tecnologías para viejas aspiraciones.

En el fondo, “renovarse o morir” ya no es un discurso que ningún sector se pueda apropiar. A la vista de la situación, la sociedad entera parece estar muriendo de éxito. Un éxito que ha llevado a que lo relativo a financiación, rentabilidad o experiencia de uso, necesite una redefinición urgente.

Decía en un reciente discurso el presidente del gobierno “O reducimos gastos, o aumentamos los ingresos o, si no nos queda más remedio, ambas cosas” Obviamente, palabras desconectadas de la realidad que emprende y trabaja, ya que ambas cosas son imprescindibles. En cualquier caso, no se trata de elegir, la pregunta es: ¿cómo?

La audiovisualización del mundo es indiscutible y su poder de transformación lo abarca todo pero no hay respuestas que garanticen el éxito. Como mucho, claves para ir dibujando una perspectiva global y no quedar fuera de juego. Las redes están transformado la creación pero, en todo caso, es fundamental el talento y saber construir audiencias porque si no nos ven, no tenemos nada que hacer: “El éxito es impredecible, sólo se pueden limitar los daños”.

Ni todo lo que había es desechable, ni todo lo nuevo se constituye en talismán. Probablemente será una combinación que hemos de ir ensayando en cada caso pero siempre, siempre, con la mirada puesta en la audiencia, en un público (todos somos público de algo) que ya no quiere ser pasivo sino participar incluso en las decisiones. La mirada del sector a los problemas y oportunidades debe ser global, con las etiquetas imprescindibles, pero sólo a modo de referencia.

Cuatro meses más tarde, al fin el anuario completo en la Web de la Academia

Publicación original: enPalabras

Compartir

2 Comments

  1. Pingback: ¿Cine barato o “acceso barato al cine”? | IG | In-formación

  2. Pingback: Trastiendas sectoriales | IG | In-formación

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *