¿Y eso cuando pasa?

Lo malo de lo (que parecía) bueno ya lo estamos sufriendo pero también se empieza a entrever lo que puede haber de bueno en lo malo que ahora tenemos.

RelevoGeneracionalMuchas reuniones o encuentros profesionales que antes se prolongaban en un competitivo bucle discursivo ahora tienden a diluirse en conversaciones más tranquilas, en muchos casos en torno a los hijos. Porque ellos son «los jóvenes» que llenan, o llenarán, estadísticas y titulares.

La situación no es fácil, incluso en las empresas que han reaccionado se nota el cansancio pero las quejas son diferentes porque se reflexiona mejor: hay menos personalismo, más atención y menos culpas. Tal vez por eso las conversaciones se humanizan y se vuelven hacia ese futuro que no siempre está delante.

A veces en esos broches conversacionales hay perlas que funcionan como pegamento haciendo casi innecesarias otras técnicas y refuerzos de planificación y adjudicación de tareas. Es como si todo el mundo recuperara el sentido de la responsabilidad, como si nos hiciera recordar que, en casa, todos somos líderes y consultores.

Por eso me ha gustado este breve y chisposo diálogo. Estamos tan habituados a la montaña rusa de lo impactante que enternece escuchar a tres generaciones compartiendo comida, conocimientos y expectativas: en este caso, bisabuelo, abuelo y nietos.

– Y deberíais aprender a prepararos algún plato porque pasarán unos años desde que vuestros padres os paguen el restaurante hasta que podáis pagároslo vosotros.

– ¿Y eso cuando pasa?

– Después del instituto

– ¿Cuánto tiempo seremos pobres para poder ir a un restaurante?

– No seréis pobres exactamente pero tendréis que pagar por todo lo que antes teníais gratis

(1:11 m.)

Publicación original: enPalabras

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