Audiencias y listas VIP

borgen-4Alguien decía recientemente en la red (no recuerdo quien ni en cual) una frase que en principio me pareció acertada: “la gente milita en los medios de comunicación, no en los partidos políticos”. Pero algo no encajaba, supongo que por eso me quedó grabada como anotación mental.

Vista en perspectiva voy entendiendo por qué me chirriaba: no hay nada nuevo ni esperanzador en ella. Que nos movemos nos mueven a golpe de titular es una de esas peligrosas obviedades que tanto inspiran el lado más crítico de mi querido Gonzalo Martín

Tengo por costumbre desmitificar al periodismo. Hasta el punto de que puedo sostener y sostengo (uf) que la crítica de la vida pública y el desvelamiento del abuso de poder político o de las corporaciones en su relación con los consumidores – esa esencia del mito del cuarto poder – ocurriría del mismo modo si se garantiza el acceso crítico a la información aunque no exista una clase periodística destinada a dar noticias y comentarlas a través de empresas que hacen su cuenta de resultados con ello.

Es decir, que una cosa es el negocio de los contenidos y otra la democracia, la crítica, la desvelación de secretos y el control de calidad subsiguiente a las afirmaciones, los datos y sus interpretaciones vengan de quien vengan. Ese resultado de la era comúnmente denominada digital.

Es decir, el asunto no va de medios de comunicación, ni de partidos políticos. Ni tampoco de los males derivados de Internet ya que la potencia de lo digital no hace sino amplificar aquello que ya existe: la tendencia a la cómoda y peligrosa simplificación. ¡Es que formar opinión es tan cansado…!

Los partidos políticos se mantendrán porque andamos demasiado ocupados como para repensar el sistema (si es que se puede, que igual no…) así que los medios de comunicación a lo suyo, que no es otra cosa que enfocarse al cliente: El periodista al final siempre termina escribiendo lo que supone que la gente quiere leer.

La realidad es compleja, pero no tanto por los hechos en sí mismos como por su simultaneidad. Lo que ocurre es que cada vez nos enteremos más rápido y nuestro cerebro se defiende de la saturación recurriendo a la economía mental por eso entra en juego nuestra mente asociativa que dice Daniel Kahneman

El sistema [nuestro cerebro]“necesita” construir historias. No entiende la casualidad por eso busca causalidad, aunque tenga que inventarse historias de sabotajes

La mente necesita “construir normalidad” para entender pero el poder, como el erario público, es una abstracción. Y aunque sus guerras, tan recurrentes como cíclicas, han dado siempre tanto juego como trama central en la literatura y en el cine, la realidad a veces (muchas) no es más que un cúmulo de simplicidades.

En la siguiente escena de Borgen, la serie danesa protagonizada por una primera ministra, la periodista veterana recrimina a la más joven la “deprimente” forma en que todo el equipo ha tratado las elecciones y sus resultados.

Os habéis convertido en una bandada de pajaritos más interesados en conseguir audiencia y en entrar en las listas VIP de los partidos que en hacer periodismo crítico. No sois nada más que un montón de recitadores de noticias.

Los asuntos de vital importancia para el funcionamiento del país no os interesan a ninguno. No hacéis más que parlotear sobre la guerra interna del partido

Y eso que no sufren de estado electoral permanente…

(duración: 0:52 m.)

 

Publicación original: enPalabras

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