Considerando que el contexto es, por definición, pura dinámica de cambio, el problema de los puntos de vista es que tendemos a olvidar que su proceso de construcción es, en gran medida, circunstancial. Es decir, una vivencia personal pero altamente dependiente del todo que nos rodea y que afrontamos de diferentes maneras:

Es en los detalles en lo que nos delatamos las personas. A los hechos importantes pocas veces llegamos por voluntad propia, suelen ser las circunstancias las que nos empujan, por eso no sirven para definirnos como personas (Música Blanca)

Sin embargo, en ese trayecto que empieza y termina en la reflexión personal, la habilidad para hacer hallazgos tiene menos que ver con el talento que con ser capaces de explorar y cambiar el propio punto de vista y, para eso, no hay metodología más potente que la que nos recordaba Jorge Wagensberg:

Conversar es una buena idea porque, en general, no ignoramos lo mismo

Sin tener en cuenta los eslabones en los que se teje nuestra faceta más social, mantenerse al día es complicado porque el vértigo del progreso nos balancea entre nostalgias y apocalípticos pronósticos. Y, sin embargo, la ciudadanía se busca la vida.

¿Es correcto hablar de ciudades emprendedoras?

Bajo el barniz de modernidad de los nuevos conceptos que surgen en torno a la innovación social, las estructuras de gobierno se parapetan con rígidos enfoques solucionistas y arcaicos.

Cuando parecía que las ciudades se iban a convertir en los nuevos centros de poder, las tecnologías permiten transformar los límites de la geografía y las conversaciones nos permiten rescatar el conocimiento y el espíritu emprendedor que siempre estuvo ahí.

Las ciudades son esa maquina viva e imperfecta llena de historias, pero estas historias no son de la ciudad, sino de las personas. Por eso, como dice Juan Freire, la innovación ciudadana ha de trabajar con enfoques inclusivos:

mientras la innovación convencional utiliza métodos de diagnóstico basados en expertos para la comprensión de los problemas que aborda, la innovación ciudadana desarrolla mecanismos de escucha basada en la inmersión y participación activa.

Cine & Investigación

Decía Orson Welles que «si quieres un final feliz, depende de dónde acabe la historia». Sin embargo, cuando tratas de guionizar la realidad a través de la historia de las personas, la mirada narrativa necesita detenerse en algunas ambigüedades y preguntas sobre cómo se construye la normalidad, cómo encaja en día a día en el progreso o de dónde sale la innovación.

Cuando hablamos de ciudades no hay un único protagonista sino diferentes niveles que interactúan, incluso sin intención o conocimiento previo porque el auténtico protagonismo corresponde a los eslabones. No hay un orden que permita definir la relación causa/efecto, hay que empezar en algún punto del relato y dejar que se desarrollen los diferentes hilos de los verdaderos actores de/en la vida pública: Personas que son actores que son personajes que son personas


Publicación original: enPalabras

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