Y en el fondo…

Me desconciertan más las pequeñas cuestiones que los grandes misterios. Es en las decisiones aparentemente inofensivas donde la vida parece escoger los caminos más insospechados. ¡Esas “inofensivas” cuestiones que se camuflan en las urgencias cotidianas!

Lo difícil es darles la importancia justa porque los mortales parecemos sucumbir en ambos extremos del planteamiento. Así, la decisión principal parece ser la importancia que concedemos a ese torbellino diario pero, lo que no consigo saber, es si la lucidez consiste en poder abstraerse del entorno, o en ser capaz de distinguir, en la inmediatez, el origen de los grandes problemas y la estela fugaz de oportunidades.

Lo malo es que, bajo la lupa de la observación directa, ambos planteamientos se distorsionan provocando, o el estancamiento con tintes freudianos, o la escapada hacia adelante más pareja a la creencia de un destino predeterminado. En cualquier caso, la propia biografía resulta estrecha para poder explicar el origen de usos y costumbres que ponen molde a nuestros actos.

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