… a veces pasa
Lo de la tostada y la alfombra forma parte del imaginario popular, así que vamos a darlo por asumido y, en vez de limpiar el pegote, tal vez sea un buen momento para darse cuenta que la pobre alfombra ya perdió el esplendor de antaño y toca cambiarla. Y ya de paso, tampoco estaría mal una renovación al mobiliario y una mano de pintura al salón…
Y es que la sabiduría popular no falla así que como «no hay mal que por bien no venga», empiezo a pensar que tal vez el bienestar se pierde en la caótica acumulación que no deja ser consciente de las nuevas necesidades.
Ya no se lleva eso de la limpieza general que nuestras sabias y resignadas abuelas hacían en esta época del año. Nos enteramos de ya es primavera en el Corte Inglés y poco más porque aunque andemos a trompicones con todo, da una pereza…
Pero un día Murphy juguetea con la tostada y la arma. Entonces las urgencias se alteran y las prioridades se reorganizan. Puedes desesperarte, estás en tu derecho, o decidir que el camión de la basura pasa todos los días y empezar a aligerar tu horizonte. El peligro está en irse al extremo y cargarse también la esencia o dejarse adueñar con la fiebre de las novedades.
Y ocurre algo similar con las personas que te rodean, o de las que te rodeas, pero aquí la cosa no es tan sencilla como elegir un sillón nuevo, aunque esto tampoco es fácil porque igual ya no es un sillón lo que necesitas. Pero al menos un mueble no protesta, tengas o no razón, cuando decides sustituirlo. Incluso si te vuelves a equivocar, sólo es cuestión de dinero. Quizá lo mejor es dejar el salón vacío una temporada a ver que pasa, porque esto de las modas y las marcas, aunque sean personales, es un tema muy confuso.
No sirve cabrearse con Murphy, ni con la tostada, ni con la torpeza o la responsabilidad de quien lo haya provocado. Como sé que pienso lo que digo, me tomaré un tiempo antes de decir algunas cosas que pienso y sé. Entretanto, mejor ponerse con la limpieza general, que siempre hay personas y temas estimulantes pidiendo paso y que no se deben mezclar.
Publicación original: enPalabras