Odio los días «D»

Primer sábado del mes de julio, Día Internacional del Cooperativismo. Como todos los años, como todos los días D, discursos institucionales biensonantes, declaración de intenciones, promesas y alguna que otra fórmula mágica. En Galicia, la Xunta anunció la modificación de la ley que «abrirá a porta a novas fórmulas de unión que dean respostas a necesidades novas que precisan novas solucións”.

¿Qué no se entiende? Pues está clarísimo. Además, la cuestión no es lo que se dijo, sino lo que parece ser que seguimos esperando: no tener responsabilidad sobre nuestros destinos porque para eso pagamos a nuestros gobiernos que nos proveerán de soluciones.

La reforma legislativa prometida por el jefe del Ejecutivo gallego es sin duda el titular en casi todos los medios. Entre las excepciones, mención honorífica para El Correo Gallego que no se anda con rodeos: «Galicia aspira a exprimir a las cooperativas como fuentes de empleo a pesar de la crisis«.

El objetivo es flexibilizar a organización e funcionamento das cooperativas para adaptalas a unha economía cada vez máis aberta, pero sen alterar as súas características fundamentais”. Y entre las propuestas, y en primera persona, la confirmación de las habituales y esperadas aportaciones: «Incentivamos la creación de nuevas cooperativas y también, a través de fórmulas de financiación y a través de la formación, que las cooperativas que ya están funcionando puedan mejorar«.

El dato: que en 2008 se registró en la comunidad autónoma gallega un incremento «superior al 27 por ciento» en el número de personas ocupadas como miembros de cooperativas, con un incremento muy superior al crecimiento global que experimentaron el conjunto de categorías (las siempre peligrosas cifras del paro).

Teniendo en cuenta que lo que anima son los casos de éxito, destaca la escasa información respecto a los tres premios entregados:

  • El premio a los valores cooperativos fue entregado a la cooperativa Porco Celta O Incio
  • El galardón a la promoción del cooperativismo fue para el perito agrícola Antonio Mosquera, impulsor, entre otras, de la cooperativa Melisanto
  • El premio al mejor proyecto cooperativo fue para la bodega Condes de Albarei, integrada en la actualidad por cerca de 500 socios de la comarca de O Salnés.

Ni un solo enlace a cada una de ellas en las versiones digitales de las noticias. Pero, eso sí, la anécdota de que una de ellas se ubica en el Pazo de Baion, que había sido intervenido al narcotraficante Laureano Oubiña, en el concurso público convocado por el Plan Nacional sobre Drogas, donde actualmente desarrollan un proyecto empresarial en el que participan ex drogodependientes.

Nada de su historia, de las personas y su forma de vida. Nada de sus objetivos, de sus mercados, de su competitividad y posibilidades. Absolutamente nada sobre lo que aprendimos, que seguramente es bien poco. Sólo ese aire bucólico, casi exclusivamente rural y localista que tanto emociona. Y muchos estudios, seguro, promovidos y subvencionados desde las instancias institucionales. Porque otros son los foros en los que se discursea sobre emprendedores y sobre innovación.

Y tenemos por otro lado realidades como el Grupo Cooperativo de las Indias, que empezó como sociedad limitada en 2002 y evolucionó de forma natural hacia lo que hoy es. No hablan de ayudas, sino de democracia económica, de transnacionalidad. No hablan de brotes verdes sino que investigan nuevas fórmulas de financiación y de emprendizaje. No contemplan el discurso institucional, analizan, y comparten lo que aprenden.

Han construido un universo complejo, innovador, sostenible. No se puede dar un paseo sin más. O no te gusta y te vas, o le dedicas tiempo a desaprender y absorber. No es obligatorio, pero ellos avanzan al mismo ritmo que todo lo demás se paraliza o desmorona. Dudar es signo de sabiduría, paralizarse de estupidez.

NOTA: En la sesión del 30 de junio, el Consejo de Ministros aprobó, tras el dictamen del Consejo de Estado, el proyecto de Ley de la Sociedad Cooperativa Europea domiciliada en España, cuyo anteproyecto fue presentado por el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, a dicho Consejo el pasado mes de abril.

Por lo visto permitirá «Permitirá la intensificación de actividades transnacionales a las sociedades cooperativas y, en el caso de las cooperativas españolas de gran dimensión, su alianza con las de otros países de la Unión Europea». Ni mis conocimientos sobre el tema, ni los puntos que expone la noticia, me dan para entender el posible calado de esta nueva novedad legislativa. Pero, para no variar, me hago preguntas simples:

¿Será la consecuencia de carencias detectadas por quienes ya están haciendo posible ese futuro del que hablan o será simplemente un nuevo y encorsetado nicho gubernamental autojustificativo y recaudador?

Si hablamos de transnacionalidad, y el nuevo proyecto legislativo es de ámbito europeo, ¿Qué ocurre con el resto del planeta?

¿Cómo se está resolviendo ahora?

Publicación original: enPalabras

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