Y no es un juego
Pasado el triunfo, y la resaca, la realidad se impone. Y menos mal que fue, y no terminó como el acontecimiento histórico prometido.
Tras la dosis de entusiasmo colectivo y a la espera de las incógnitas y turbulencias que se nos avecinan, nos instalamos de nuevo en la normalidad del discurso político: Educación, Investigación e Innovación porque «hay que» cambiar el modelo productivo.
Los debates que no son quedarán por el camino porque estamos en cuenta atrás, eternamente eligiendo y callando, y la geografía se llenará de actos. Y ya sabemos de que nos van hablar, aunque alguien les diga que el dinero no lo es todo o no usarás el nombre de la innovación en vano.
Menos mal que hay quien se pone manos a la obra para entender en qué consiste el impulso emprendedor y la creación de empleo. Y quien no da discursos y se aventura con el ¿Cómo?
Realidad confusa. Siempre apasionante.
Publicación original: enPalabras