Sin información previa
Salvo prescripción facultativa de mi asesor, que de vez en cuando me obliga al estreno en pantalla grande, mis sesiones de visionado de películas suelen ser caseras y a medida… de mis necesidades de oxígeno mental.
Eso quiere decir que tras un rápido y silencioso diagnóstico de mi estado de ánimo, me pasa un DVD con nombres acortados, e irreconocibles, y alguna recomendación del tipo: «yo te diría que pusieras primero…» A veces incluso le hago caso.
Lo cierto es que casi nunca sé si se trata de algún éxito reciente, un clásico, o un experimento de mi asesor, a ver cómo reacciono. Es lo que tienen las citas a ciegas.
Sólo ellos me resultó intrigante durante una media hora, lo que tardé en darme cuenta de qué iba. Hubo un momento en que la pérdida de ritmo se alineó con mi necesidad de estímulos y estuve a punto de dejarla. Pero supongo que fue el contraste entre lo amplio de la imagen y la parquedad de palabras y gestos del protagonista, que me recordó al de Un hombre sin pasado de Kaurismäki, lo que me mantuvo frente a la pantalla.
¿Resultado? Pues ni sí, ni no, lo mas seguro es que quién sabe. Me pareció una «historia pequeña» (son las mejores) que aborda, sin afán de grandes teorías, una de las muchas realidades familiares que los manuales no dicen cómo resolver. Y me gustó que no jugara con la imitación de roles y estereotipos padres-madres y que no se recreara en trastornos psicológicos ni del padre ni de los hijos.
Pero se me ocurrió buscar información y, además de enterarme de que está basada en un caso real, me encontré con una película «diferente» a la que había visto. Entre las críticas, mención honorífica para el desvarío mental de LaButaca.net, que primero le agradece la «contención dramática» del manido tema de del padre ante la enfermedad, muerte de la madre y esposa, para luego calificar esto mismo de cobardía porque
«se atreve a inaugurar subtextos en los que no se atreve a profundizar: la inaccesibilidad del mapa psicológico, sentimental de un niño tras la pérdida irreparable; la imposibilidad del adulto para el reinicio de las emociones y los pasos prescritos hacia una nueva relación; el miedo a la reedición de la tragedia«
A ver… ¿en qué quedamos?
Lo del tráiler aún es peor, ciencia ficción. Si fuera mi película tendría un cabreo considerable. Al verlo me acordé del que se hiciera sobre El resplandor para un concurso hará como unos dos años.
No importa que Sólo ellos esté o no basada en un caso real. Es una película sobre una persona concreta, en este caso un padre viudo, que afrontó a su manera una situación difícil de una forma diferente a lo estipulado. Eso sí me gustó, porque nunca hay instrucciones ni soluciones únicas. Por suerte.
Publicación original: enPalabras