Sadismo corporativo y masoquismo ciudadano. ¿O no?
Entre las obviedades más recurrentes está la queja continuada por el funcionamiento (¿?) de los servicios de «atención al cliente».
Sin embargo, teniendo en cuenta que el primer significado de «atender» según la RAE es esperar o aguardar, lo suyo es «pura corrección lingüística. Es decir: Buenos días, le hace (des)esperar…
Incluso yo diría que con un par de retoques la cosa quedaría más realista: Atención… ¡Al cliente! Es decir, la versión actualizada del «carguen, apunten… ¡fuego!».
Y no es novedad decir que el ranking de quejas esté liderado por la telefonía móvil, así que me parece un exceso de diplomacia, por no decir inexplicable condescendencia, decir que los servicios de atención de telefonía móvil son materia pendiente de las operadoras.
Lo triste es que las noticias sobre el mal-trato de las operadoras siempre tienen audiencia y simpatías. Puro masoquismo ciudadano. Y penoso leer como interpretación al estudio de al OCU que «las reclamaciones tienen como origen la ausencia de servicios de atención al cliente en buenas condiciones»
No lo entiendo. Parece que el problema no es que den mal servicio y el fraude en lo contratado, sino que no atiendan bien nuestras quejas. Pero tranquiliza saber que la ley obliga y el estado vigila.
Lejos quedan aquellos tiempos en que respirábamos con las nuevas ofertas que nos permitían romper las cadenas de la esclavitud. Sólo era cuestión de tiempo la conclusión generalizada: «Total, todas son iguales».
Y mientras las operadoras nos entretienen con sus servicios de pacotilla, las verdaderas batallas se juegan en otros campos. Tras mentalizarnos con congestión de la red, el resto sólo es cuestión de tiempo. Y de leyes.
Pero como dijo un consejero delegado en la sesión inaugural del XXIV Encuentro de la UIMP: «La industria debe ser capaz de dar una respuesta colectiva a sus retos actuales». Suena tan profesional…
Publicación original: enPalabras
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