«Hillary, Segolene, Trini… curioso, curioso»
Un ingenuo RT con anzuelo que acabó en compromiso de post. Bueno en tres compromisos de los cuales sólo @ecollado cumplió de inmediato. Yo voy a ello así que dejamos la pelota en el tejado de quien inició el asunto.
Explicaba Eduardo tras salvar las coincidencias, tres mujeres representantes de organizaciones de izquierdas, las diferencias entre las tres situaciones:
- Ségolène Royal: No hubo fallo por su parte, así que lo atribuye al enigmático electorado francés.
- Hillary Clinton: Lo hizo muy bien pero encontró a alguien mejor. En contra tuvo el lastre del apellido y la falta de conexión con el electorado por ser de otra clase social
- Trinidad Jiménez: Le tocó jugar en el país de la pandereta y perdió por el voto de castigo a Zapatero.
Me gustó el enfoque, aunque matizaría, abriendo la perspectiva por encima del tópico: coincido con él en que no se puede/debe hablar de machismo. Pero sí de relaciones de poder, que es mucho más interesante, sobre todo ahora que se ensalza constantemente el poder de las relaciones.
El problema está en la base, en la necesidad de revisar y redefinir conceptos y cambiar actitudes. Mientras no entendamos el auténtico significado de la palabra poder, sus juegos seguirán impenetrables tras múltiples capas de apariencia transparente que impiden la visualización de la realidad.
El problema es que los círculos de poder son egocéntricos, autocomplacientes. Se miran mucho y hacen poco. Casi siempre, para quienes los persiguen, el objetivo no es «hacer» sino «entrar», ser RECONOCIDO.
Ante este panorama, creo que cualquier persona que dé un paso al frente con el ánimo de cambiar las cosas lo tiene difícil. La maquinaria es potente y los intereses en juego están perfectamente definidos y repartidos. Creo que se necesita una confluencia de circunstancias para lograr un punto de inflexión. Pero a veces pasa.
Mientras coleaban las valoraciones sobre la huelga del 29 llegó la realidad y nos cambió las preguntas. El poder de la sociedad Red es innegable pero fuera de ella seguimos sin relevo generacional ni influencia, post en el que Albert García Pujadas termina diciendo:
La Red pertenece al mundo real, pero deberíamos empezar a aprender a trascender más allá de ella. La Red es un poderosísimo nuevo territorio, cuyas capacidades futuras sólo imaginamos, pero mientras, van pasando los años y seguimos increíblemente lejos de la tramoya del poder real ¿Hasta cuando?
Es a este tipo de relaciones de poder a las que me refería al principio. Juegos cerrados donde sólo se hacen los relevos imprescindibles y donde, sencillamente, las mujeres no hemos estado. Pero el objetivo no es que entremos, sino conseguir que se cambien las reglas. La generación de quienes hicieron posible el desarrollo de la Red ya no tiene 20 años. Va siendo hora.
Por otro lado, hay un par de cuestiones innegables:
- Que si estás en minoría siempre acaparas demasiada atención y consideraciones extra, lo cual es una sobrecarga que complica el reto.
- Que la realidad política es triste y vergonzosa. Necesitamos con urgencia educación y compromiso.
Publicación original: enPalabras