Los tópicos no sirven, pero… ¿quién lo sabe?

Tras el paisaje de acuarela del viernes y el vendaval del sábado, al fin hoy, llueve en Coruña.

Es una lluvia suave, como la temperatura, de ventanas abiertas y calle silenciosa en mañana de domingo. El tráfico es aun escaso. De niña estaría pensando en las botas y el chubasquero que al fin podría estrenar mañana para ir al cole. Siempre me gusto el invierno.

Sé que este año las inundaciones han dejado terribles huellas. Parece que lo que Raimon cantaba para su país se ha hecho profecía para el resto, pero no en esta esquina del Atlántico.

Pero los tópicos no se destruyen fácilmente, incluso nos regodeamos, hasta que la realidad nos aplasta. Nuestro otro refugio-defensa por aquí, es la condición de periferia.

Ayer tocó puesta al día de lecturas y reflexiones. Entre mis des-ordenados apuntes mentales, un par de citas que me dicen mucho, pero aún no he colocado:

No se puede ser sujeto activo para algunos aspectos y pasivo para otros. Si saltas a la arena, formas parte de la conversación.

La tecnología ha ampliado los medios disponibles para la narración.

En la primera se refería

La tecnología permite llegar al centro de las conversaciones, y no estar en el centro permite poner a trabajar la mirada periférica. Conocimiento, creatividad y participación., ¿no son buenas herramientas para la innovación? A mi me lo parecen, pero puede que sólo sean ideas desilvanadas de mañana gris de domingo.

En mi país la lluvia no sabe llover:
o llueve poco o llueve demasiado;
si llueve poco es la sequía,
si llueve demasiado es la catástrofe.
¿Quién enviará a la lluvia a la escuela?
¿Quién le dirá cómo se debe llover?
En mi país la lluvia no sabe llover.

Publicación original: enPalabras

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