Y lo que yo veo
Aprovechando el tiempo de reposo que los reyes me han impuesto traído, toca visionado de pelis de las que, como siempre, nada sé a priori. Dadas las circunstancias y el tiempo disponible, con el entretenimiento por objetivo, de entrada le tocó el turno a un par de guapos.
La de el americano, salvo para comentar lo pintoresco y angustioso del pueblo dónde se refugia, no da ni para disfrutar del sex appeal del protagonista. Insufrible.
La del otro guapo, Medidas extraordinarias, podría decir que me gustó (con reservas) a pesar de que parece que predominan las críticas negativas, a su persona y a la película.
En el medio están las grandes compañías farmacéuticas y el establishment de la medicina que parecen ser los malos de esta película. Película a la que se procura dar la forma de una típica historia del cine de Hollywood, incluso el clímax final, con héroes y villanos, sin embargo, creo que la esencia de estas historias de enfermedades y estoicas luchas por la vida pocas veces logra ser capturada en estas cintas (que sí provocan muchas lágrimas pero no es lo mismo). La imposibilidad para transmitir la sensación del lento, cansino transcurrir del tiempo, que suele resolverse con escenas del tipo vídeo clip, es un típico defecto de esta clase de Films.
Viniendo de donde viene, lo del estilo Hollywood parece lógico. Lo de lacrimógena, pues como que no me enteré, más bien la encontré escasa de realismo. Y lo de las técnicas de vídeo clip para acortar tiempos diría que es habitual. A mi lo que me interesó fue precisamente lo de las farmacéuticas, y lo del capital riesgo, que me recordó a un post leído recientemente que hablaba de investigadores en precario que deciden protagonizar su futuro.
Aunque no era el eje del argumento, el conflicto de intereses y estrategias me llevó al conflicto de las farmacéuticas sobre el que, a poco que se dispone de datos, la realidad demuestra que las cosas pueden deben ser de otra manera.
Está claro que hay muchas realidades. Puede que sea como la mayoría dice pero prefiero quedarme con lo que yo veo. No es que me entusiasmara pero, como madre y como emprendedora, al menos le doy el aprobado. En cuanto a Harryson Ford, tampoco le pongo tantas pegas. Igual es que los actores guapos empiezan a padecer los efectos perversos del paso de los años que hasta no hace tanto parece que sólo tocaban a las actrices guapas.
El robot de la foto no tiene nada que ver con el tema, claro, pero es un regalo de reyes. No es la que me había dejado prendada, pero igualmente encantador.
Publicación original: enPalabras