Me gustan las herramientas

Me refiero a los destornilladores, taladro, martillo…. Incluso me gusta tener los tornillos clasificados, igual un día encuentro el que parece que me falta.

Empieza a ser acuciante la necesidad de perderme un rato en una ferretería de las de toda la vida, porque aún existen ¿no? Pareciera que el mundo de las herramientas se reduce a lo tecnológico, a la gestión o al marketing, por echar mano de las que más suenan.

Entre tanto taller de casi todo, no encuentro nada apetecible sobre la observación y la reflexión, porque no me estoy refiriendo a evadirse del mundo sino todo lo contrario. Tal vez es que mi balanceo neuronal necesita un equilibrio, un poco de barro para modelar, algunas cuestiones básicas por resolver resolver algunas cuestiones básicas. ¡Otra vez intelectualizando…!

Quizá me (nos) sobran conversaciones y me (nos) falta conversación y observo que este es un lamento creciente. Para quien quiera escuchar, claro. Y no es fácil con tanto ruido.

Para tener algo que decir, en algún momento, hay que parar.

Para eso lo mejor de la semana es el viernes a última hora, cuando el cansancio sonríe, ante la perspectiva de dos días de terapia casera en los que lecturas y silencios me ayudan a reparar los cortocircuitos de la hiperactividad. Libros iniciados, y a veces postergados por otros que se cuelan, navegar por la blogosfera entre mis clásicos y los nuevos referentes…

A veces dudo si publicar estos post chiquititos que se me cuelan últimamente. O si debería tener otro blog donde conversar en alto conmigo misma. Es curioso que aparezcan ahora, cuando he de emplear tantas palabras en alguno de nuestro proyectos y los minutos protestan.

La lógica superficial dice que debería ocuparme más de otras cuestiones y dejar de ser una mal-educada perezosa pero, en esto, lo de la causa y la consecuencia siempre me ha resultado confuso. Así que, cansada pero ilusionada, me propongo avanzar un poco más es algunas cuestiones básicas para poder seguir compartiendo sonrisas y reservando conversaciones de las que me gustan.

El ordenador merece un descanso y yo un cambio de herramientas. Tal vez no martillo y cincel, pero si algo cotidiano antes de que se me suicide la intendencia. Es mi forma de encontrar caminos con luz.

Publicación original: enPalabras

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