Hilvanando ideas y datos

El genio dentro de la botella no sirve pero los deseos mal formulados, tampoco. Compartiendo gran parte de las ideas y discursos sobre nuestras carencias y necesidades en materia de cultura emprendedora, no puedo dejar de preguntarme si estamos enfocando el esfuerzo en la forma correcta.

A lo que me refiero es a la sensación de gritos de socorro imprecisos, de lobos anunciados y de aterradores ecos de cuento infantil, que flotan en el ambiente. Es decir, justo lo contrario de lo que necesitamos.

Sigo pensando que ponemos demasiado esfuerzo en el dato negativo y poco en el recuento de lo que ya funciona. Y este constante hablar de posibilidades, no ayuda demasiado. Tomemos, por ejemplo, el caso de Pau, que con 23 años es el responsable de un exitoso proyecto en software libre que ya se usa en más de 65 países. La entrevista no tiene desperdicio porque lo tiene todo: visión, entusiasmo, sabiduría y humildad.

Sin embargo la suya es la historia de un problema, en este caso una «pendiente«, la que tenían que recorrer cada vez que él o su amigo se habían olvidado de algo cuando se juntaban para trabajar buscando qué inventar. Lo mejor es que no se limita a contar su historia de éxito sino que repite sin cesar que está todo por hacer.

Si bien es cierto que la ilusión contagia, las soluciones no vienen de ad-mirar, sino de mirar. En esta entrevista, como en otras, he echado de menos datos y concreción en las preguntas. Es decir, una auténtica valoración de la riqueza que Pau está generando y que se traducirá en puestos de trabajo, en relaciones comerciales… y en nuevas ideas de futuro y, seguramente, con futuro. Propias o ajenas, que para el caso es lo mismo porque una sociedad emprendedora es la que observa, escucha y construye.

Es cierto, ser emprendedor es vibrar, pero ayudaría más saber cómo se transmite esta vibración a la sociedad que acomplejar al resto con ambigüedades. Igual no es cuestión de despertar conciencias emprendedoras donde no las hay. Igual solo necesitamos ayudar a despejar el camino de las que ya existen o de las que quieren existir.

Con tanto discurso al viento no hacemos sino intentar matar moscas a cañonazos. Es como si pretendiéramos llenar un campo de futbol con una charla sobre los avances en la curación del cáncer, por más que su interés sea general. Hay discursos y esfuerzos que se deben colocar en los foros adecuados. Si lo conseguimos, el resto irá viniendo por sí mismo.

Publicación original: enPalabras

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