Afinando y afilando

Mantenimiento, según la European Federation of National Maintenance Societies, son todas las acciones que tienen como objetivo mantener un artículo o restaurarlo a un estado en el cual pueda llevar a cabo alguna función requerida. Estas acciones incluyen la combinación de las acciones técnicas y administrativas correspondientes.

El problema se entiende fácil cuando hablamos de máquinas, donde incluso hemos aprendido a mejorar y rentabilizar el proceso, pero cuando se trabaja con intangibles y enfoque personalizado, el asunto no es tan obvio. Lo primero es despejar el espacio de trabajo, ese vaciamiento y suspensión de las actividades normales que tanto ansiamos pero que, en demasiadas ocasiones, no va más allá de generar olvido de las propias rutinas.

Utilizando la fórmula 3P (práctica + paciencia = progreso) con el tiempo se van encontrando resortes que permiten incluso desconectar, pero eso no garantiza la puesta a punto para la nueva etapa. A veces la almohada ya no puede con tantas consultas. Las neuronas es lo que tienen, suelen querer ir por su cuenta.

Me decía un amigo estos días que el alejamiento de lo cotidiano no funciona a menos de 300 Km., y aunque saben los dioses que esa era mi intención, las circunstancias decidieron todo lo contrario, que me acercara más que nunca a mi misma. Podía quejarme, de hecho eso hice al principio, o dirigir la mirada hacia personas que están hechas de otra pasta y que en lugar de malgastar su energía construyen.

Sabíamos que lo primero era despejar el camino así que hemos empleado una buena parte de la semana en gestionar conocimiento (reciclando, eso sí) para dejar espacio suficiente a ideas y proyectos que piden paso. Entre lecturas, conversaciones y manos amigas, las ideas fueron encontrando de nuevo el enfoque hacia la semilla de la que brotan los sueños.

La fórmula 3P funciona, la mirada fue encontrando donde posarse porque lo que interesa no es la realidad que es sino la que tiene que ser. Y hay mucho caudal deseando aflorar y encontrarse en la superficie. También es cierto que, en el proceso, he recuperado las referencias y el lugar en el que realmente me siento cómoda y puedo aportar. A punto de terminar el mes de agosto, ya casi he conseguido afilar las ideas y afinar el discurso. Sigamos…

Publicación original: enPalabras

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