Aunque ahora trabaje en un bar…

El personaje del vídeo de abajo se llama Nacho y se define como periodista de los de verdad, pero trabajando de camarero le pagan más, así que se debate en dudas existenciales sobre su vida y su vocación.

Es muy joven, muy mono, vive bastante bien, pero sufre. Y dice cosas como estas:

«Me da miedo pensar que no soy capaz de hacer nada de lo que se esperaba de mi, nada de lo que esperaba de mi mismo, nada de lo que cabía esperar de mi condición. Me da miedo mirarme un día y no saber si soy el periodista… o el camarero.»

Quiere ser «de los que aguantan», que parece un verbo más cómodo de conjugar que «construir», y no ve mérito en ser feliz porque eso lo hace cualquiera, es mera adaptación:

«yo soy feliz durmiendo con mi chica, o cuando recibo algún paquete con comida de mi madre, o perdiendo el tiempo en un parque con mis amigos».

El autor (director, realizador, guionista) estudia cine y no parece tan conformista como el personaje re-creado porque sabe prender la historia donde los fuegos se presentan fáciles.

Y no es que me guste contribuir a su difusión pero, como sé que ya anda por ahí, no quería privarme de opinar sobre estas pasiones de pacotilla que, en lugar de arrimar el hombro o arriesgarse, construyen discursos al amparo de estéticas que venden pero no comprometen.

Y, eso sí, bien a resguardo con la casa a cuestas. Me niego a asumir que esta es toda la fuerza de cambio que podemos esperar de la juventud. Tal y como andan los ánimos, espero que los camarenos no lo reconozcan. O igual mejor que sí, y se decide a abandonar la comodidad para pelear por su sueño.

A mi estas pasiones tan de lamentarse en cualquier esquina me parecen insufribles. Ni lo enlazo. Quien quiera seguirle la pista que lo haga a través de youtube.

Enriquecedora conversación…

No es una cuestión de edad sino de actitud

Goio: alerta «hacia una tendencia de derrota simplificada en ese ‘querer ser de los que aguantan…’

Tamara: Podríamos empezar a preguntarnos: ¿qué papel voy a representar (en mi vida)?

Manel: La pregunta correcta [para mí] no es tanto “cómo motivar?” sino “qué ha sucedido para desmotivarlos”

Juana: me enseñaron tanto, que no tengo vida suficiente para agradecer lo que aprendí. Y este poema de Benedetti

Daniel: “Y además, escribimos, blogueamos, comentamos, conversamos, resolvemos, vemos el mundo de diferentes maneras”

Publicación original: enPalabras

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