La evolución en el arte urbano, sobre todo desde los 70, ha dado paso a una enriquecedora diversidad de formatos. Desde sus reivindicativos orígenes, el graffiti se ha asentado como medio de expresión incluso como herramienta para humanizar y dar color a al devaluado espacio urbano, que ha crecido olvidando la expresión de lo personal.

El yarn bombing es una variante más, en este caso un colorido ejercicio que echa mano de connotaciones tan hogareñas como el punto y el bordado para revestir o adornar elementos urbanos. La expresión humana sale a la calle para rasgar el gris que nos envuelve y alterar la artificialidad de nuestro ¿orden? que ahora se agrava por el pesimismo de la falta de visión.

En esta ocasión la iniciativa surge de Lucia y esa olla de ideas que es Peka’s World. La idea era sencilla: vestir al Soldado Romano de Botero situado ante la Domus coruñesa. El resultado fue una gamberrada amable que ya en un día desapacible termino provocando que muchos viandantes abandonaran el paseo al borde del atlántico para fotografiarse bajo esta imagen peculiar.

Publicación original: enimaXes

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