Por parejas y de espaldas al movimiento de la calle, suficientemente cerca para marcar distancia con el resto, pero un poco lejos para conversar… No parecía casualidad, había algunas más en la zona. Pero todas vacías.
Se sintió observada, probablemente llevaba un buen rato parada, mirando, demasiado para la lógica de la simple decisión de un alto en el camino. Capturó la imagen y siguieron, había mucho por ver…
Mientras ordenaba las fotos de los últimos días, pensó que la suya era una mirada extraña. Esta vez se había propuesto ir de guiri, pero ni así, poco de lo típico y, como siempre, gestos, matices, pequeños detalles… Y pensó que tal vez era eso, una búsqueda de la esencia, la que podría servir para enlazar y tejer la diversidad que enriquece y une.
Al ver las sillas en pantalla pensó en una escultura, como puestas allí para mirar, para recordar… Amplió la foto y se recostó, dejando que su eterna dualidad se instalara en ellas para disfrutar del diálogo silencioso.
Publicación original: enPalabras