En cualquier momento surgen ideas, enlaces a pensamientos o actuaciones viendo una película, leyendo un libro, contemplando un lugar… son las conexiones que surgen aparentemente de la nada pero que tienen mucho que ver.

El proceso de documentación del Proyecto Máscaras es un análisis y evaluación continua de información desde múltiples formatos: Conocer, organizar, contrastar, comparar para poder contextualizar y entender lo que estábamos haciendo. 

La fuerza del audiovisual es un canal recurrente para hacer llegar a la sociedad, de una forma más rápida y entretenida, esos mundos paralelos que hemos ido generando entre todos. Pero esto no quiere decir que por tener una buena historia, saber manejar un cámara, o tener conocimientos técnicos se consiga conectar con el público.

Para poder contar algo hay que tener un sustento, una base que permita enfocar algo sin una intervención que lo desvirtúe y sobre todo una calidad humana que en muy pocos casos está al alcance de quienes tienen la responsabilidad de transmitir. Se realizan muchos esfuerzos y se consumen grandes recursos que se suelen quedar en buenas palabras y aportaciones residuales.

En algún momento de nuestras vidas, hemos interpretado papeles, bien porque eran una forma fácil de llegar a donde queríamos o porque las circunstancias nos lo exigían pero su consistencia y permanencia en el tiempo es puntual. No es real y… cansa. Hacen falta historias tratadas con mucha verdad y sencillez. Es una pena que contenidos con tanta potencia se pierdan en demasiadas intervenciones que distraen e incomodan al espectador.

 Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta”. Orson Wales.

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