«Espacio nada»

Historias de hospitalA veces pides un alto y la vida te lo concede pero… tal vez el no haber imaginado el escenario hace que la parada sea en cualquier otro sitio.

Los hospitales son historias complejas en la que se entremezclan infinitos hilos argumentales de un tiempo y un espacio transitorio. No son una parada en tu historia sino un aterrizaje forzoso en las de los demás que te convierte en una pieza en decorados ajenos, una sombra en la espiral de normas fragmentadas.

Aquel día no había demasiada gente en urgencias y quise leerlo en clave de optimismo pero por más que intentábamos una conversación con chispa aquel no lugar no daba para muchas conquistas. Ya entonces la conversación con Pau se volvió a colocar en primera línea

«espacio nada» es complicado. Tal vez lo diferenciador es cómo llegas a él. No sé, estoy escribiendo sin pensar demasiado. Hay que ir con cuidado con lo que se desea porque a veces sucede y resulta que no es lo que querías.

Los hospitales son esa parte del paisaje que queremos cerca para no tener que ir nunca, tal vez por eso apenas prestamos atención a lo que no es sino una parte del proceso de la vida. No, no es una parada deseada pero cuando toca, hay que asumir el papel de protagonista para poder entender lo que ha ocurrido, que es la única manera de estar a punto para lo que haya que hacer en lo que tenga que pasar.

No es que se pare el tiempo, es que se empeñan en convencerte de que estás fuera. Probablemente a muchas personas les guste ceder las riendas, a mi me han recordado cuanto me gusta manejar las de mi vida. Tal vez por eso ha funcionado mejor mi radar de consultora que el de contadora de historias, porque los hospitales son una parte del proceso pero el cielo sigue ahí arriba:

A veces todo va demasiado rápido, incluso los lugares parecen querer huir. Y el cielo ahí arriba, recordándonos que merece la pena dejar de pensar en las cáscaras vacías y volar, incluso por encima de nuestra memoria.

A veces todo va demasiado rápido, incluso los lugares parecen querer huir. Y el cielo ahí arriba, recordándonos que merece la pena dejar de pensar en las cáscaras vacías y volar, incluso por encima de nuestra memoria.

Nota posterior: Manuel Calvillo aporta este video que transmite la importancia de lo que nos diferencia de las máquinas: el lado humano. Porque si no, ¿para qué?

Publicación original: enPalabras

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