No retomemos la historia. Sólo limitémonos a fingir que sabemos como será
Uno de los puntales de Mad Men fue descubrir al gran público que nuestra realidad había sido gestada en despachos de los que salían dibujados los matices del día a día: la estética de cada actualidad ha evolucionado siempre sobre un pasado que sólo se supera para dejar espacio a los nuevos usos.
El Hombre, como ser racional, tal vez sea en sí mismo el primer gran ejemplo de marketing de las diversas sociedades que pueblan este planeta. Independientemente del grado de desarrollo de cada país, la capacidad del ser humano para adaptar su entorno ha servido para justificar nuestra posición sobre otras especies. En cierto modo las calzadas romanas que aun se pueden encontrar no dejan de ser eso: poco útiles vestigios que anclan el paso de una antigua cultura que fue capaz de dejar su impronta hace 2.000 años.
El huso horario es noticia de nuevo. Por primera vez parece estar más cerca la recuperación en España de un horario más natural, aquel que se discutió en 1884 para que pudiera existir una cierta normalidad en el espectro global. O sea, se había racionalizado la hora. Sin embargo, durante la IIGM este reparto horario se pervirtió en algunos países europeos. En el caso de Inglaterra, por logística bélica; en el español, por un difuso márketing. En el Congreso se ponen sobre la mesa aspectos lógicos para defender este ajuste:
«Si comemos a las dos y cenamos a las nueve, deberíamos empezar a trabajar a las diez de la mañana. Eso sería lo lógico. Pero no lo hacemos, sino que empezamos temprano y alargamos la mañana demasiado, con lo que hay que hacer una pausa para tomar algo para aguantar hasta la hora del almuerzo. Así perdemos tiempo y por la tarde hay que hacer más horas”
Pero este ajuste, más allá de problemas estructurales lógicos (o simplemente obvios), conlleva una cierta preocupación para el gobierno canario:
«Al desaparecer la diferencia horaria, también perderíamos nuestra constante presencia en todos los medios de comunicación peninsulares, con lo que esto supone en tanto presencia de la marca Canarias».
Si bien se aclara que Canarias siempre estaría una hora por detrás, se descubre algo ciertamente peculiar que probablemente ya sabíamos: la racionalidad ha dejado de ser una buena estrategia de marketing.