Educación: derechos y deberes de la ciudadanía

Las catástrofes, afecten a una persona o a millones, sean aquí al lado o a miles de kilómetros, destapan causas y agrandan las consecuencias. Entre la angustia existencial permanente de Mafalda y la complaciente (auto)justificación de Susanita deberíamos recuperar el aristotélico «justo medio».

En su escrito “Ética a Nicómaco”, en una de sus partes, Señala Aristóteles, que cada ciencia puede tener por objeto o lo posible o lo necesario; lo posible es lo que puede ser indiferentemente de un modo o de otro; lo necesario es lo que no puede ser de distinto modo de como es. En las ciencias de lo posible encontramos a la política y a la ética que tienen por objeto las acciones, o sea, prácticas.

Repensando la teoría del medio, que Aristóteles sustenta en su escrito Ética a Nicómaco, señala que la moral es práctica. Pero ¿qué es el justo medio? Según el estagirita, consiste en las diversas situaciones de la vida del ser humano. Practicar el justo medio es el dominio de la razón sobre los impulsos sensibles. A esta actitud la llama Virtud Moral o sabiduría práctica. Realizarnos en ella nos conduce a la búsqueda del Bien, valor supremo que es el fin de todas las acciones del hombre. Si nuestros gobernantes practicaran esta virtud moral, de seguro que habría mas justicia. Educar al pueblo en los valores de tal manera que sepan cuales son sus derechos y cuales son sus deberes como ciudadanos.

El justo medio es la moderación en la vida del hombre. Es importante su práctica porque excluye los dos extremos viciosos: el exceso y la carencia que son nocivos. Aristóteles, nos ilustra con muchos ejemplos en su teoría del medio. Daremos a saber algunos: “La violencia desmedida, los ejercicios o falta destruyen igualmente la fuerza”; “los alimentos” en grande o pequeña cantidad destruyen la salud, mientras que, por lo contrario, tomadas en debida proporción, la sostienen y la aumentan”, “el medio puede ser la magnificencia, porque puede establecerse una diferencia entre el hombre magnífico y el hombre liberal: el uno posee grandes riquezas, el otro pocas”

Publicación original: enIgualdade

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