Cuando la explicación de algo resulta muy compleja es que se pretende abarcar demasiado, hay que simplificar
Las opiniones y reflexiones que hemos ido recibiendo sobre Máscaras nos fueron dejando claro que las particularidades del proyecto son una cosa y la película otra. En el fondo lo intuíamos pero si algo nos quedó claro tras la primera conversación sobre este tema con Julen Iturbe es que sobre lo primero podemos y debemos contar, pero si lo más importante de la película es lo que cada persona percibe e interpreta, tenemos que apartarnos porque
La implicación de las personas necesita espacio… y tiempo
Desde 2011 veníamos comentando la posibilidad de constituir una asociación para que el proyecto no muriera una vez estrenada la película, pero la idea fue quedando sucesivamente aparcada. Visto en perspectiva, nos damos cuenta de que nos faltaba concreción en la definición de objetivos, tal vez porque la pasión es buen combustible pero mala consejera. O tal vez porque faltaba tiempo en la maduración del proyecto.
¿Por qué la Asociación Proxecto Máscaras?
Porque quedan muchas cosas por hacer pero básicamente por dos razones:
- Desde que terminó la grabación los protagonistas piden más porque quieren ser «actores en la vida pública». Y convertirse en maestros de nuevos aspirantes, que ya los hay.
- Porque todos los que participamos hemos aprendido mucho pero sobre todo el director, que es a quien llaman para contar y explicar. Y esto no debe ser un objetivo empresarial, no queremos que lo sea. Necesita un contexto de participación.
Lo que sí hemos hecho, como productora, es establecer mediante un convenio las fórmulas para compartir algunos derechos del proyecto y de la película con la Asociación, para que empiece su recorrido sobre una base real que le permita ir generando sus propios recursos.
Visión y misión
La definición de valores ha sido un asunto complejo. Sobre todo porque es fácil caer en utópicos universalismos que, lejos de aportar, no hacen sino justificar resultados mediocres ante la inmensidad de la tarea: bondad, igualdad, paz en el mundo… No, es lo de siempre, vista larga y pasos cortos, así que decidimos aplicar metodología para evitar caer en la retórica del buenismo. Y nos gustó esta explicación de Manel Muntada:
Parto de que un valor es la convicción, que tiene una organización, sobre cómo ha de ser desarrollada su actividad. Esta convicción se traduce en una manera de hacer (en todos los ámbitos), compartida por toda la organización en su conjunto.
A la hora de enunciar valores (y más cuando se articulan mecanismos de participación) se corre el riesgo de definir los valores ya existentes o aquellos que se cree han de existir para trabajar “a gusto”. Nada en contra, pero sostengo que, estratégicamente, el enunciado de valores ha de coincidir con la razón de ser y el modelo que la organización persigue ser (esto es con su misión y su visión). Si no, podemos obtener sólo cuatro palabras bonitas que sirven de poco más que para que luzcan en el web.
Así pues, eliminamos lo deseable para centrarnos en lo que, aunque fuera a pequeña escala, había sucedido.
- La dimensión social es una parte fundamental en el desarrollo de las personas, necesitamos sentir que nuestra aportación es útil, no hay construcción humana en la soledad.
- Si la riqueza de una comunidad se debe a las aportaciones de las personas que la forman, la uniformidad no sirve, lo que cuenta son las diferencias.
- Comprender y asumir las diferencias como suma de capacidades nos lleva a aceptar la diversidad. Pero la diversidad no es una palabra sino un proceso que se esconde en la rigidez de «lo normal».
- Para que la diversidad se haga efectiva, necesitamos la oportunidad de tomar decisiones, de aprender, de arriesgarnos en el espacio público. Porque lo que no se ve no existe.
- Que algo no se haya hecho nunca, no prueba que no sea posible. Que se haya hecho una vez, demuestra que sí lo es.
- Y está el CINE que, con todo su potencial de comunicación… entretiene, emociona, da voz, documenta, relata, educa… ¡cuenta historias!
La recursividad del proyecto que decía Julen, y que fue un problema durante su desarrollo, puede ser ahora el leit motiv de la asociación: “Una constante recursividad en busca de un principio que condujera no a un final sino a otro principio»
¿Cómo se va a materializar?
La Asociación Proxecto Máscaras contará con espacio Web propio para que sus objetivos y actividades se desarrollen con total independencia. Y para ejercitar la transparencia, tanto de los proyectos desde su inicio como sobre los recursos que se vayan generando. Y acceso a un canal de cine propio sobre el que un buen amigo propone empezar a experimentar ya 🙂
No queremos hablar de grandes metas sino de objetivos alcanzables, en línea con la filosofía del director cuando se planteo hacer la película: poner un punto de partida, potenciar los elementos y… dejar que suceda. Seguimos soñando con la «escuela de actores» pero para eso hay que empezar por:
- Potenciar la difusión de la experiencia, tanto la metodología como sus claves de desarrollo.
- Echarle imaginación, y generosidad, para que la película pueda llegar a más personas.
Empezamos modestamente, sin prisa pero sin pausa. Porque para eso sirve un entorno asociativo, para eliminar presiones innecesarias, para poder seguir haciendo y aprendiendo y para abrir espacios de participación.
Publicación original: Proxecto Máscaras