peligrosas etiquetas…

Reflexionando sobre la maestría, comentaba Pau Domínguez que en estos tiempos modernos dónde prima la inmediatez, dónde te colocan la etiqueta de “experta” en cuanto te despistas… es complicado mantener tu estatus de maestra-aprendiz.

Cada vez más frecuentemente me sueño a mi misma en un obrador, de madrugada amasando hogazas de pan, lejos de todo este mundo de alta velocidad. Ahí estamos. Y somos unos cuantos.

Me pregunto si esto de las etiquetas no tendrá mucho que ver con el tema de las jerarquías, al que las mujeres parecemos menos aficionadas, y con el viejo orden que no permite que el caos florezca libremente.

Y Goio Borge enriquece la reflexión con interesantes cuestiones:

El ‘qué buen siervo si hubiera buen señor’ siempre me ha parecido muy aplicable a la deseable relación alumno-profesor (o como dices, y por no estar en la educación reglada, aprendiz-maestro), siempre mucho más biyectiva de lo que las jerarquías imponen. Yo me pregunto si hay manera de ser profesor sin ser alumno, de ser maestro sin ser aprendiz, de ser señor sin ser siervo. Y no hablo sólo de haber sido antes la categoría aparentemente inferior, sino de seguir siéndolo con el tiempo y gracias a la humildad (esa cualidad que si uno reconoce como propia deja de ser humilde) que la vida debiera enseñar.

(…) Me pregunto también si podríamos mejorar eso si ya desde alumno trabajamos facetas en otra línea.

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