¿a-probar, podría traducirse como no-probar?

Extracto de un magnífico post de Juan Luis Hueso en Ideas Poderosas

Cuando la respuesta correcta es un cuadrado que no existe

cuadrado_mini1El otro día, mientras mi hija de 7 años hacía los deberes, me enseñó su libro y me preguntó: ¿Papá, tú que ves aquí?, a lo que yo le respondí con otra pregunta: ¿qué ves tú? Ella me dijo que una estrella, y yo le animé a que escribiera en la zona de respuesta lo que ella veía (aunque yo ya me temía que no le iban a dar la respuesta como válida).

Al día siguiente, cuando trajo corregido el ejercicio, efectivamente su respuesta venía tachada en rojo y, escrita por su seño, aparecía la respuesta correcta: un cuadrado. Ella se enfadó y dijo que allí no había ningún cuadrado dibujado y yo la consolé intentando explicarle que a veces la misma cosa puede ser vista de manera distinta por diferentes personas y que a pesar de la corrección de su seño, su respuesta también era correcta.

Aquello me dejó pensativo y decidí hacer un pequeño experimento. Fotografié la figura y la colgué en mi muro de Facebook con el siguiente texto: “Atención, pregunta: ¿qué figura ves dibujada?”, las respuestas no se hicieron esperar y…

(…) Aunque la respuesta presuntamente correcta es un cuadrado a poco que analicemos la imagen descubriremos que eso no es así.

  • Un cuadrado es una figura plana, cerrada por cuatro líneas rectas iguales que forman otros tantos ángulos rectos. No lo digo yo, lo dice el diccionario de la Real Academia Española. En la imagen, no aparecen por ningún lado cuatro líneas rectas iguales que formen cuatro ángulos rectos y  que den lugar a una figura cerrada, por lo que el cuadrado no existe(Esto por definición).
  • Si hay algo en un sitio, y lo cambiáramos de lugar, seguiríamos viendo el objeto. Si en este caso, cambiamos las cuatro flechas amarillas o simplemente las eliminamos no hay manera de encontrar el cuadrado por ningún lado, lo cual me lleva a pensar que el presunto cuadrado no existe.(Esto por intuición).

Conclusiones

  • No todo lo que vemos es lo que parece. Debemos aprender a mirar porque tras las percepciones siempre hay interpretaciones.
  • Las soluciones a un problema no suelen ser únicas. La vida es mucho más compleja como para aceptar que sólo hay una solución al mismo problema.
  • Las preguntas no están exentas de ideología y menos aún las respuestas.Si decimos a los niños cuáles son las respuestas correctas y no los dejamos observar, pensar, interpretar… estaremos promocionando un pensamiento único y destruyendo la creatividad.
  • Mientras el sistema educativo se dedique a ofrecer respuestas y no a sugerir preguntas, seguiremos viviendo una educación donde más que pensar, experimentar o probar se dará prioridad a reproducir, acertar o a aprobar un examen (por cierto, ¿a-probar, podría traducirse como no-probar?).
  • Si ante respuestas “no convencionales” o ante soluciones “diferentes”, y no necesariamente incorrectas, “castigamos” el comportamiento, estaremos destruyendo la confianza creativa de los futuros adultos.
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