el reflejo de lo que la perspectiva histórica pone de manifiesto
Por más que se quiera mantener la relevancia de los estados nacionales, pasado y presente demuestran lo contrario. Ya Sidney Pollard insistió en que la Revolución Industrial había de ser analizada como un fenómeno esencialmente regional pero esto se ha agudizado con los efectos de la globalización, que ha contribuido a minimizar el rol que durante un tiempo se delegó en los estados nacionales.
En la actualidad se habla de la necesidad de desarrollo de redes transnacionales entre regiones y ciudades pero no es sino el reflejo de lo que la perspectiva histórica pone de manifiesto: que “las ciudades son formaciones políticas que habitualmente tienen mayor permanencia en el tiempo que otras construcciones más amplias”.
Sin embargo, si bien muchas respuestas están en “la ciudad como ámbito de análisis”, la comprensión de las diferencias, cualitativas y cuantitativas, en su desarrollo socio económico obedece a una compleja combinación de razones, endógenas y exógenas, que definen su especificad. Y que es imprescindible conocer, y comprender, para poder tomar decisiones de futuro.
En el caso de A Coruña, resulta especialmente relevante el período de entreguerras (mundial y civil española) en el que su aislamiento geográfico y el papel clave del puerto coadyuvaron para consolidad las actividades básicas de la economía urbana: la actividad comercial en torno a su movimiento de mercancías y pasajeros y la formación de una importante flota pesquera.
Las consecuencias del aislamiento producido por la guerra europea se dejaron sentir en toda España pero el aumento de la intervención estatal en la economía y el diseño de políticas públicas erróneas influyeron de manera decisiva en las marcadas diferencias en el desarrollo local.
En el caso de A Coruña, el aislamiento geográfico que se tradujo en la disminución de las importaciones, y la carencia de transportes ferroviarios, nunca respondieron a las necesidades de la actividad del puerto
Las compañías ferroviarias españolas no se habían modernizado suficientemente y consideraban todavía al pescado como mercancía de última clase. Las consecuencias se sufrieron especialmente en los puertos gallegos ante lo cual se alzaron numerosas voces de protesta. (Actas Pleno COCINC , mayo de 1924. Memoria del Congreso Nacional de Pesca de 1928, San Sebastián, 1928)
La disminución de la actividad del puerto repercutió muy negativamente en sectores importantes de la economía urbana como la consignación y el abastecimiento de buques.
En el primer tercio del s. XX se duplicó la población pero con un crecimiento urbanistico y estratégico de la ciudad especialmente desordenado. En 1948, al fin, se empiezan a consolidar nudos vitales de la ciudad, como la estructura viaria, el puerto pesquero en los Castros y la estación de ferrocarril (mercancías) en San Diego, que condicionará el puerto comercial cuyos usos, hace 50 años, se basaban esencialmente en:
- Pesquero
- Transporte (emigración)
- Financiero (banca comercial)
- Turismo de verano
Fuentes utilizadas: Conversaciones personales, prensa y estudios publicados, que vamos organizando aquí, entre los que destacan los realizados Jesús Mirás Araujo.
Publicación original: De Mudanza