Las refinerías nacionales, como en años anteriores, no pudieron suministrar todos los productos Petrolíferos que necesita el mercado nacional, puesto que no producen la gasolina de aviación y algunos otros productos, como aceites blancos, determinadas clases de parafinas y otros productos especiales.
La Delegación del Gobierno para el Monopolio de Petróleos incluía esta nota en la apertura de su memoria oficial del año 1964. Previamente, hacía referencia a la entrada en funcionamiento, en marzo de ese año, de la Refinería de Petroliber en A Coruña, que había cumplido “casi con exceso”, tanto en los plazos para arrancar la actividad como en su optimización para poder atender la cuota de abastecimiento que le había sido asignada.
De alguna manera, esta nota oficial hace referencia a un concepto que durante años estuvo ligado a la actividad industrial: la “normalidad”. Es decir, un día a día que durante décadas estuvo pautado a ritmo de turnos y previsiones, integrándose en los aspectos más cotidianos de los centros geográficos que fueron creciendo bajo su resguardo. O a su sombra, que también.
Unos meses después de haber inciado su actividad, el 11 de septiembre de 1964 se inauguraban oficialmente las instalaciones de «la refinería» de A Coruña y así lo recogía (minuto 06:42) el No-DO: El Caudillo en Galicia
Publicación original: De Mudanza