«El hilo argumental afronta líneas de fuga»
procesionaria recurrente

Historias dentro de las Historias

Una reflexión de Julen Iturbe

Un juego para tomar distancia. Una ensoñación que aleja y cautiva. La historia encierra otras dentro. Una suma de cuadrados que resuelve la incógnita por medio de la ficción. Siempre funciona porque encierra algo mágico. Una historia que no se conforma con su rol y desafía la lógica.

Siempre sugerente. El hilo argumental afronta líneas de fuga. ¿Para qué intentar que simule la realidad cuando hay escapatorias? Así que no hay por qué resistir a la tentación. Al doblar la esquina, cambiar de escena. A cada paso una oportunidad. Difícil decir que no.

Y cuando se inicia una nueva historia la precedente relaja el guión. Acepta el segundo plano y pasa a asumir un modo latente. Duerme en nuestra imaginación a la espera de que finalice el entreacto. La escena original descansa del trajín de cautivar. La atención se relaja.

Y al volver ya nada parece igual. El hilo argumental se rompe. Como la procesionaria en el pinar. Hileras que intentan agrandar la historia. Sujetas al azar de que alguien, con o sin intención, las pisotee. Pensando que no tiene sentido, que la historia es solo una y que no se aceptan engaños. Procesionaria recurrente. Con sentido o sin él.

Reflexión incorporada a la bitácora de viaje de dMudanza

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