“El verdadero acto político es confiar en el espectador”

Dice el dramaturgo Juan Mayorga que el pasado nunca está detrás, que siempre está dentro. En su última obra, El cartógrafo, traslada al teatro la experiencia de lo que ya no se ve, de lo que hemos tapado: sólo dos actores elocuentes, una mesa, un par de sillas, y la inteligencia del público.

Mapas de la memoria

Aquí el mapa como motivo poético. Como plataforma para mirar, escoger y representar. Para no volcarlo todo; sino elegir lo imprescindible. Para encontrar nuestras cruces vitales olvidadas y recorrernos. Recordarnos. Ser conscientes de nuestras identidades enquistadas. Pueden hacerse mapas de todo, dice la obra. De los amores. De los traumas. De los amigos perdidos. De los muertos. De los bares, las camas, las bibliotecas en las que fuimos felices. Hay mapas elaborados para la defensa. Y otros hechos para que caigan en mano del enemigo y confundirle, equivocarle.

“Hay algo entre el olvido y la memoria y Mayorga lo llama de una manera bellísima: la dictadura del presente. El presente a veces lo devora todo. Pero debemos convivir permanentemente con el pasado, que todos queramos olvidar desde lo más íntimo a lo más grande: nuestro pasado personal, el de nuestra familia, el de nuestra ciudad, el de nuestro país, el de nuestro mundo. Todo eso está unido. Es imposible desconectarlo”.


Publicación original: dMudanza

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *