Para mí la pena más grande fue tener que jubilarme cuando más sabía. Fui muy feliz dando clase y si vuelvo a nacer seré maestra

A sus 94 años Antía Cal, pedagoga y educadora gallega, disfruta viéndose en pantalla en «A palabra xusta», el documental de Miguel Piñeiro que está viendo la luz estos días.

Tita, como la llama todo el mundo, cuenta que para que ella y sus hermanos estudiaran, su padre quedó en La Habana y su madre volvió para Galicia. A finales de la Guerra civil española quería estudiar en la universidad pero su padre desde Cuba decidió que estudiara Comercio. Y como lo importante era estudiar, Antía inicia la carrera hasta que una compañera le comenta la posibilidad de hacer Magisterio.

Finalmente su madre le permitió estudiar Geografía en la Universidad de Santiago de Compostela y obtuvo la licenciatura en Geografía e Historia en 1945. Pero lo suyo era pura vocación pedagógica e innovadora y desde un entorno galleguista y de izquierdas, puso en marcha en 1960 el colegio del s. XXI.

La enfermedad ocular de una de sus hijas la llevó, junto con su marido oftalmólogo, de viaje por Francia, Alemania y Suiza para encontrar una solución.  y es aquí, en el Museo de Educación de Suiza, donde en ese momento se estaba ordenando el legado del pedagogo Johann Heinrich Pestalozzi por quien ella tenía una especial admiración gracias a su lucha a favor de la educación de las mujeres, donde se gesta la creación del colegio Rosalía de Castro en Vigo.

El Rosalía era un colegio de ambiente familiar donde nos enseñaban a pensar, a tener espíritu crítico, y donde fomentaban nuestra creatividad, el amor a la naturaleza y el compañerismo. (Gloria Lago, alumna)

Por lo que anticipa este reportaje, un documental para no perderse y un ejemplo para continuar en medio del caos.


Publicación original: enIgualdade

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