Estar vivo es estar aprendiendo. Aprender no es algo que logramos a veces en lugares especiales y en ciertos períodos de nuestra vida. Hemos nacido aprendices.
El aprendizaje continuo [….] significa tener la capacidad de comprometerse inteligentemente con la incertidumbre y persistir frente a la dificultad cuando ello importa.
Se trata de decidir qué invitaciones del aprendizaje hay que aceptar, y cuáles rechazar, basándonos en una valoración sagaz de los propios objetivos y recursos, y no en la inseguridad y en las dudas sobre uno mismo.