Es un deseo primario. Algo te llama la atención, te deslumbra y te acercas sin prejuicios a ver qué es. Hay que dejarse llevar por esa curiosidad, no reprimirte de antemano, y luego ensayar un posible viaje o método para esa experiencia. A veces, en el camino te decepciona.
Cuando se van acumulando las experiencias, te das cuenta de uno tiene sus limitaciones, de que siempre te fijas en lo mismo. Hay obsesiones, pautas de conducta, una cultura, limitaciones físicas. Eso es lo que se llama estilo. No se puede premeditar, al final el estilo es el cúmulo de accidentes y de deseos, de triunfos y de fracasos. Si uno piensa que debe tener un estilo de antemano, está haciendo moda o diseño. En la búsqueda del arte, en lo poético no se puede empezar por prejuicios. (Gabriel Orozco)