El esfuerzo de una generación, así se titula el artículo de Xavier Ferrás, publicado inicialmente en La Vanguardia, y complementado en un hilo en Twitter.

Aquí un extracto con subrayados propios:

La inversión en I+D de la economía china ha crecido exponencialmente, desde la nada hasta una brutal cifra de más de 500.000 millones de dólares en dos décadas. China es hoy una apisonadora científica. Con una cuidadosa y disciplinada planificación estratégica, avanza decididamente hacían el control de la totalidad de tecnologías llamadas habilitadoras o de uso genérico por su importancia transversal en el conjunto de cadenas de suministro.

… Despunta en inteligencia artificial, biotecnología, espacio o computación cuántica. Controla cadenas de suministro como las de las baterías eléctricas, y está dando pasos significativos en el dominio de los semiconductores.

(…)

En España, el sistema científico está burocratizado, infrafinanciado, sin prioridades estratégicas y desconectado del entorno industrial (y aun así obtiene resultados de investigación notables). Por más que se sucedan los debates, las mesas redondas y los manifiestos no hemos conseguido que la ciencia constituya el sistema nervioso central de nuestra economía. Parece que tampoco lo conseguiremos con los fondos Next Generation, sometidos a una asfixiante lentitud administrativa. Esperemos que no acaben en convocatorias desiertas, en reformas urbanísticas o en irrelevantes convenios con entidades públicas.

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