«El sistema de poder no reside en el cómo, sino en el para qué»

La novedad es que acaba de salir su edición (oficial) en gallego. La sorpresa es que su primera edición, y van cinco, es de 2007… y sigue explicando el futuro!

Tal vez la lectura me resultó fácil porque llevo un tiempo leyendo el blog de David de Ugarte, o tal vez porque me ha ayudado a colocar las piezas que me faltaban para poder ver la imagen completa.

Pero también debo reconocer que he vuelto a las andadas y he llenado el libro de subrayados y anotaciones al margen. Hay quien lo considera un atentado a los libros, para mi es un homenaje porque serán esas anotaciones las que guiarán mi reflexión.

Cierto que «la información es poder», pero no ya a la vieja usanza que convenía a un grupo selecto. Las cosas han cambiado y el futuro ha venido para quedarse. Porque como dice ya Juan Urrutia en el prólogo: «La arquitectura de la información y la comunicación condiciona y determina la estructura del poder político o económico».

Pero aunque la lógica de la escasez que nos ha abocado a la insostenible situación actual se resiste, ha generado ya demasiadas zonas de sombra que van siendo ocupadas por una nueva lógica de la abundancia y de redes distribuidas. El ciberactivismo tiene ya las herramientas necesarias y es imparable.

Porque la nueva arquitectura informacional habla de la cohesión social que la democracia ha desatendido. Porque es el fin de la épica de los conquistadores, de los individuos, y es el tiempo de la lírica y de las personas. Porque «la gente se adhiere a una forma de vivir, a una apuesta por la vida».

Decía David en una entrevista reciente:

De todas formas, la clave está fuera del propio estado. El mundo ha cambiado en sus estructuras comerciales, sociales y comunicativas más básicas. Son ya transnacionales y relativamente distribuidas, mientras el estado nacional y sus apéndices internacionales se refugia en el nacionalismo y la recentralización. Entre «el capitalismo que viene» que no acaba de nacer y el principio de nacionalidad que no acaba de morir, surge una zona de erosión democrática y social cada vez mayor: la descomposición social, política y económica.

Lo que si es importante es distinguir entre el «artesano» en el sentido que tiene en inglés (craftman) y los valores que asocia (amor por el trabajo, generación de significado en lo cotidiano) y el sentido en las lenguas romances que incorpora el concepto de Arte, es decir, añadir a lo anterior la vocación nómada y comercial del mercader que viajaba a las ferias saltando por encima de las fronteras políticas, culturales y religiosas.

Creo que nos hacen falta artesanos en este segundo sentido y reinterpretar y transformar esas redes comerciales cada vez más globales para construir a su alrededor valor para las personas y cohesión social.

«El poder de las redes» explica de una forma «sencilla» y ordenada lo que ha ocurrido, lo que ocurre y lo que ocurrira. Sencillo de leer, pero hay que reflexionar y asimilar rápido. Lectura imprescindible

Publicación original: enPalabras

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