Hablando sobre la forma en que Kaurismäki  maneja los silencios, nos contaron ayer un chiste finlandés muy representativo:

Estaban dos amigos, uno al lado del otro en acompañado silencio, tomando una cerveza. Pasa media hora, una hora, tres horas… y al fin uno de ellos pregunta: ¿Y qué tal tu mujer?.

El cabo de un rato el otro gira la cabeza, lo mira, y le responde: ¿Pero hemos venido a hablar o a beber?

El debate es tan necesario como beneficioso pero, teniendo en cuenta la ruidosa infoxicación de la que tanto nos quejamos, parece que necesitamos empezar por apreciar y respetar el propio debate interno.

Tal vez no podamos cambiar el mundo, pero sí mejorar lo que nos queda más cerca para contribuir a generar contexto. Entre el debate de las ideas y la contundencia de los hechos, hay mucha reflexión individual pendiente.

Así de bien lo contaba Nacho Vigalondo en este corto (4:28 m.) grabado en 2007 con un Móvil NokiaN95

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