Plantear un proyecto de “Cultura Accesible e Inclusiva” es aparentemente fácil, ya que sigue estando casi todo por hacer. Sin embargo es difícil, porque se tiende a profundizar en el gueto al caer en el buenismo y lo terapéutico o en el pornográfico discurso de la exaltación ejemplificante. Con la boca pequeña ensalzamos el valor de la diferencia, pero escapamos en masa hacia las rutas más transitadas.

Las historias empiezan y terminan en las personas, en los pequeños sucesos del día a día que nos empujan y arrastran. Y la mayor parte de las veces es sólo eso hasta que, como empiezan todos los cuentos, surge algo que nos permite decir “pero un día…” En este caso, la chispa vino a través del humor y ese punto de partida nos llevó al formato Sitcom, de gran aceptación de audiencia.

Sitcom “En la vida pública”. En este formato los episodios se desarrollan regularmente en los mismos lugares y con unos personajes de base y las situaciones ofrecidas suelen tener un alto nivel de humor, a veces absurdo y fantasioso y en otras ocasiones con elegancia y buen gusto. La acción suele desarrollarse en escenarios repetitivos (una casa, un bar, un trabajo) y la base de las historias a menudo es realística, como lo será en este caso. La acción se desarrollará en decorados, y el argumento es autoconclusivo, es decir, se presenta una historia que comienza y finaliza dentro del mismo capítulo, aunque se presentarán tramas secundarias y paralelas.

El humor que se utiliza está basado en la broma verbal, la broma visual (gag) y alcanza su mejor expresión en el humor de situación ya que el humor de situación hace recaer este sobre el desarrollo de la trama, la personalidad de los personajes y sus reacciones. El capítulo de presentación se titulará: ¿Y de lo mío qué?

Cuando nos pusimos a diseñar “los cómos” del proyecto nos dimos cuenta de que aunque teníamos el lema y el argumento de nuestra Sitcom, había que inyectarse una buena dosis de humildad y escucha para poder escribir el guión. Porque no es que el humor sea algo muy personal, que también, sino que hay que dar la palabra a quien corresponde para aprender a reirnos con los demás, no de los demás.

Aunque como dice Carlos Ares, nuestro guionista, sobre el humor se ha escrito (casi) todo, de la expresión “sentido del humor” decidimos explorar a fondo la primera parte y nos dimos cuenta que la palabra “sentido” tenía un triple valor:

  • Referido a la sinceridad de los sentimientos
  • Referido al significado, entendimiento o interpretación
  • Referido a la orientación, línea o camino

Y también comprendimos que necesitábamos ayuda así que, aceptando de antemano que el geniecillo del humor nos traicionará en algún momento, hemos abierto la fase de desarrollo de guión a través de un cuestionario anónimo que nos ayude a mejorar y ampliar nuestro ancho de banda emocional.

Por cierto, aquí estamos junto a Aspronaga, Grumico, Colexio Calasancias… y muchos más ?

 

¿Nos ayudas?

 


Publicación original: Asociación Proxecto Máscaras

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *